domingo, 13 de junio de 2021

Cada biela es una historia

 Ya ha pasado mucho tiempo desde que decidí empezar a montar en bici todos los días y para todo, he tenido caídas, he tenido que aguantar aguaceros, días calurosos, días en donde el tiempo no ayuda y preferiría quedarme en casa.

Pero siempre pienso en estar bien con mi bici, la mantengo arreglada, pendiente de que lo que tenga sea suficiente para andar en las calles, y siempre pendiente de ser cómodo andar en bici.

Hoy quiero recordar que cada viaje realizado, cada vez que que me subo a la bici es una historia nueva, detrás de cada pedalazo y cada vez que la biela gira es un escrito más en mi vida, por que cada viaje es diferente, desde que tomo la bici y bajo las escaleras para poder salir con ella a la calle y empezar un recorrido siempre se presentan situaciones distintas que al parecer y así tome el mismo camino siempre van a ser experiencias nuevas.

El camino pedregoso o el encharcado, o el que está seco y enpolvado son los terrenos sobre los cuales escribo mi historia.

No soy un corredor profesional, no salgo los fines de semana a quemar caña en carretera, no disputo pruebas con velocímetro y corredores experimentados, solo soy una persona más montado en su caballito de acero y rompiendo estereotipos por las calles.

No juzgo ni busco ser juzgado por el modo de ver la bici, cada quien tiene el derecho y la potestad de hacer con sus bicicletas lo que quieran, por que en ellas se representan la forma de vida y como quieren vivirla.

Están las vidas lujosas que buscan hacer ver en las calles una máquina que tiene todo lo que cualquier otro quisiera.

Hay otras que cuando pasan a lado tuyo simplemente dejan el polvo y te dejan la huella de su paso, además que quitan espacio y te someten a un lado para poder ver la majestuosidad de su andar.

Otras viven la vida sin desafíos, cruzando las calles sin advertencia y dejando atrás al que se quiera interponer en su rumbo.

Yo sin embargo, vivo mis viajes más tranquilo, a mi modo, no soy un santo y no voy a negar que en algún momento se me han salido palabrotas insultando a algún igualado, aunque también pude haber sido yo el atravesado y disonante en las curvas, pero por lo general, soy de los que si me pasas te doy el empujón, si volteas a ver como ando de lento y quieres dejarme lejos, te sonrió y dejo que fluya la biela, pongo mis audífonos y ajusto mi casco mientras la luz trasera enciende la vía indicando al otro que ahí va un viajero en el tiempo recorriendo la ciudad.

Feliz viaje. 

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